Es habitual que los suelos de madera emitan sonidos con el paso del tiempo e incluso recién instalados. Esto también ocurre con los suelos laminados y con algunos muebles, que en ocasiones no son ni de madera maciza.

Las causas son muy diversas y habría que analizar cada caso en particular, pero aquí vamos a presentar las más comunes pues probablemente lo que le ocurre a tu suelo esté entre ellas.

Como comentábamos antes, algunos suelos de madera o laminados emiten sonidos o crujidos de vez en cuando. Esto es debido a cambios de temperatura y humedad en el ambiente. La madera y los suelos sintéticos están sometidos a cambios dimensionales por factores ambientales, es decir, según la temperatura y la humedad que acumulen, estos materiales podrían dilatar o contraer modificando considerablemente la dimensión del perímetro. Por eso todos los fabricantes te recomiendan almacenar sus productos al menos 48 horas antes en el lugar donde van a ser instalados, para que el material se aclimate a la estancia. Esos movimientos son los responsables en la mayoría de los casos de los crujidos que escuchamos.

También podría ocurrir que debido a la dilatación algunas partes del suelo estén tocando la pared u otro elemento, generando un sonido mayor y la posibilidad de producirse levantamientos en algunas zonas de la superficie. En esta ocasión hay que actuar rápido pues el suelo podría deformarse.

Muchas veces al estar tocando el suelo algún tabique y otros elementos no apreciamos levantamientos, pero el suelo está en tensión y en determinadas zonas al pisar provocará un crujido. La solución para los casos en los que los márgenes de dilatación sean insuficientes sería retirar el rodapié y cortar el suelo dejándole el margen adecuado.

Otra de las causas más habituales de escuchar crujidos al pasar por algunas zonas de un suelo laminado o de madera es que debajo de este ha quedado alguna pequeña piedra o restos de obra. Esto suele pasar bastante en las instalaciones de parquet que se han ejecutado dentro de una reforma mayor, con trabajos de albañilería, tabiquería, fontanería, etc.

En estos casos, si la reforma es bastante reciente, lo más sensato es esperar. Es muy probable que lo que haya quedado debajo del suelo sea un trocito de algún material de obra como el yeso, que se ira rompiendo con cada pisada y en pocos años ya no escucharás nada porque se habrá convertido en polvo.

De lo contrario, o si después de unos años sigues escuchando ruido al pisar, la solución sería levantar el suelo de la zona afectada, retirar cualquier resto o suciedad y volver a instalarlo.

Esta pregunta me la han hecho muchas veces. No voy a decir que no lo haya hecho en el pasado alguna vez, pero ya hace muchos años que me dedico exclusivamente a la instalación de suelos y no me parece conveniente hacerlo ahora. Para eso ya existen profesionales que realizan este trabajo a diario y seguramente lo harán mejor.

Lo que sí hacemos, cuando tenemos una instalación en una vivienda con puertas, es retocar los marcos y tapajuntas de las puertas y cepillar las hojas para que el parquet, suelo laminado o vinílico pase por debajo y las hojas no rocen el suelo.

Sí, pero no con cualquiera.

El suelo laminado es todavía una novedad si lo comparamos con los siglos que lleva utilizándose el parquet de tablilla o la tarima. Y los pocos modelos de laminado que permiten estos diseños son aún más recientes.

De momento la instalación de suelo laminado en Espiga o Punta Hungría está limitada a modelos fabricados para tal propósito por grandes marcas como Alsafloor o Faus.